Isaac Ravetllat, director del Centro de Estudios sobre Derechos de la Infancia y Adolescencia, se refiere a polémico mural en Parque San Borja

El director del Centro de Estudios sobre derechos de la infancia y adolescencia, Isaac Ravetllat, se refirió a las polémicas imágenes y la influencia que pueden tener en los menores, señalando que “cualquier actividad cívico reivindicativa nunca cuenta con el impacto que tendrá en niños” .
El académico utalino analizó el polémico escenario que surge a raíz del mural pintado en el parque San Borja en Santiago.

Cabe recordar que las imágenes explícitas, con alto tono en diversos ámbitos, tuvieron repercusiones y desde la Municipalidad de Santiago descartaron cualquier vínculo con la obra, indicando que el mural se hizo sin autorización. En tanto, considerando que se trata de un espacio público concurrido por familias y menores de edad, desde la Defensoría de la Niñez también apuntaron contra los responsables. En este escenario, Isaac Ravetllat dijo que “la clave es cómo cohabitamos, y si tomamos en consideración el enfoque a la perspectiva a los derechos de la niñez. Probablemente sea que no”.

Respecto a la defensa por parte de los autores, éstos dijeron que es un tipo de arte. Pero según la contraparte, no se contempla quiénes ven las imágenes. Se destaca la necesidad de considerar que en un espacio público, como un parque, se priorice el interés superior de los niños. Esto, sin entrar a valorar otros aspectos como si se trata de arte o algún otro tipo de expresión.

“En primer lugar, por encima de eso (la idea conceptual del arte), tiene que estar el principio de interés superior del niño. Me parece que un parque público, por el tipo de imágenes, no sería el lugar más adecuado para ese mural en concreto”, dijo Isaac Ravetllat.

La invisibilización de los niños

La discusión va más allá de la visión y perspectiva que pueda tener la ciudadanía, sino que va directamente en la influencia sobre los menores. “Probablemente, quienes hayan elaborado ese mural, ni se han planteado que unas horas después habrían niños, niñas y adolescentes y pequeños jugando por esos espacios”, indicó el especialista.

De esta manera, actos sociales de este tipo, como cualquier otro de protestas o expresión, que son válidos desde la visión de generar conciencia, caen en equivocaciones al no pensar más allá de su objetivo. “Tenemos un problema de invisibilización, que no los tomamos en consideración. Cualquier actividad cívico reivindicativa nunca cuenta con el impacto que tendrá en niños“.

DE esta forma, el Dr. Isaac Ravetllat apeló a que, «por más válida que sea la expresión y planteamiento de quienes hicieron el mural, se pasan a llevar derechos y contemplaciones de los menores», sostuvo el académico.

Además, el director de CEDIA apuntó a la normativa en la Ley de garantías que apela a la protección de los más pequeños. “Cuando hay ese choque de intereses, el principio de interés de los niños y niñas es prioritario. Eso es aplicable a los espacios públicos”.